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Los años de mundial hacen las delicias de los seguidores del fútbol, y no solo por el espectáculo del mundial en si mismo, sino por que propician semanas como la que estamos viviendo.
Martes; Barcelona – Arsenal e Inter – CSKA.
Miércoles; Man U. – Bayern Munich y Lyon – Burdeos.
Jueves; Atlético de Madrid – Valencia y Liverpool – Benfica.
Sábado; Madrid – Barcelona.
Una locura provocada por lo apretado del calendario. La Champions League descansará la semana que viene, pero vuelve a la siguiente con las idas de las semifinales, lo que hará que en tres semanas, se haya decidido que dos equipos que se jugarán las Champions el 22 de mayo en el Bernabeu.
La resaca del partido de ayer, es un capítulo más del debate sobre si Messi es, o no, el mejor jugador de la historia. Seguramente ese debate no se cierre, hasta que haga algo grande con Argentina, la única piedra en su zapato. Pero a día de hoy, todo parece indicar que lo cerrará, como ya cerró en su día las dudas sobre su capacidad para rematar de cabeza, anotando en la final de la Champions, nada menos que ante Rio Ferdinand. Messi es la definición futbolística del hambre.
Hasta ayer, había marcado en una final de Champions, en una final de Copa del Rey, le había marcado tres al Madrid, firmado dos Hat Tricks seguidos, emulado el gol de Maradona a Inglaterra, pero nunca había metido cuatro goles ¿Qué será lo siguiente? De momento, el chico tiene a los editores de periódicos de medio mundo, buscando adjetivos que no hayan agotado ya.
Debut de Messi en primera
A pesar de que estos días, el fútbol no de tregua, es bueno darse tiempo para disfrutar de estos partidos, y guardarlos en la memoria. Y hablando de memoria, tras el partido de ayer, me viene a la mente el anuncio que hizo para Nike hace unos años.